lunes, 3 de septiembre de 2012

DERECHOS E IDENTIDAD CULTURAL


DERECHOS HUMANOS
 
En teoría la Declaración Universal de los Derechos Humanos redacta las libertades o facultades universales e igualitarias relativas a las necesidades primarias que incluyen a toda persona por el simple hecho de su condición humana. Pero sólo en teoría. ¿Acaso no somos conscientes de los millones y millones de personas que mueren de hambre? ¿Acaso no nos damos cuenta de los miles de niños que no sobreviven a las enfermedades más corrientes? ¿Acaso no nos avergüenza escuchar un nuevo caso de violencia de género, un nuevo atentado terrorista o nuevas llegadas de inmigrantes a nuestras costas? Desgraciadamente los Derechos humanos sólo existen en teoría. En realidad son una utopía, una mera fantasía. Juntos podemos lograr hacer de este sueño una auténtica realidad.

 
 
DIVERSIDAD E IDENTIDAD CULTURAL

La diversidad cultural es una fuerza motriz del desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora. Esta diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible, gracias, entre otros, al dispositivo normativo, hoy día ya completo, elaborado en el ámbito cultural.

Las culturas incluyen las artes y las letras, así como modos de vida, sistemas de valores, tradiciones y creencias, por lo que la protección y la promoción de su diversidad plantea un reto: defender la capacidad creativa de la cultura a través de la multiplicidad de sus formas materiales e inmateriales y garantizar una convivencia pacífica de los pueblos que las portan
La preservación y promoción de este “patrimonio común de la humanidad”, emanan de un imperativo ético acompañado de instrumentos normativos, que constituyen el fundamento y la finalidad del conjunto del programa cultural de la UNESCO en los ámbitos del patrimonio, culturas vivas y desarrollo sostenible.

Simultáneamente, el reconocimiento de la diversidad cultural – mediante una utilización innovadora de los medios lleva al diálogo entre civilizaciones y culturas, al respeto y a la comprensión mutua.
Por consiguiente, el fomento de la diversidad cultural – "patrimonio cultural de la humanidad" (Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, 2001) y su corolario, el diálogo, constituye un verdadero reto en el mundo de hoy y se sitúa en el núcleo mismo del mandato de la UNESCO.



IDENTIDAD CULTURAL

El concepto de identidad cultural encierra un sentido de pertenencia a un grupo social con el cual se comparten rasgos culturales, como costumbres, valores y creencias. La identidad no es un concepto fijo, sino que se recrea individual y colectivamente y se alimenta continuamente de la influencia exterior.
De acuerdo con estudios antropológicos y sociológicos, la identidad surge por oposición y como reafirmación frente al otro.

Aunque el concepto de identidad trascienda las fronteras (como en el caso de los migrantes), el origen de este concepto se encuentra frecuentemente vinculado a un territorio.
La identidad cultural de un pueblo viene definida históricamente a través de múltiples aspectos en los que se plasma su cultura, como la lengua, instrumento de comunicación entre los miembros de una comunidad, las relaciones sociales, ritos
y ceremonias propias, o los comportamientos colectivos, esto es, los sistemas de valores y creencias.

 
CULTURA AMBIENTAL
 
Hoy en día sabemos que la educación tiene un gran potencial de transformación social, que no puede reducirse a la transmisión de la cultura de las generaciones adultas a las jóvenes para conservar un orden social determinado.

En un mundo eminentemente dinámico y complejo, donde la celeridad es una de sus características, la educación deberá contribuir a la transformación de la realidad social y ambiental en sus múltiples niveles y dimensiones, aunque desde luego se encargue también de transmitir y conservar los acervos culturales de los distintos pueblos y de aquellos que, debido al intenso contacto cultural efectuado a través del tiempo, hayan pasado a ser patrimonio de la humanidad.
Asimismo, la comprensión que hoy se tiene sobre la dirección de la acción educativa nos ha demostrado que no solo se efectúa de los adultos hacia los jóvenes, sino de los niños y los jóvenes hacia los adultos. En otras palabras se observa una multidireccionalidad de la acción educativa entre sectores y grupos sociales, entre dirigentes y dirigidos de los distintos pueblos del mundo.
La idea central consiste en apoyar actividades de Educación Ambiental hacia un
desarrollo sustentable, mediante el uso de ejemplos prácticos y de un lenguaje accesible para los maestros que sólo manejan nociones básicas, al mismo tiempo que se estimule a quienes ya posean algunos conocimientos de estadística.

En primer lugar encontramos que en la región, la Educación Ambiental representa un área bastante novedosa para la gran mayoría de los maestros y maestras de educación básica y prescolar. En realidad las actividades de Educación Ambiental han sido promovidas principalmente dentro del campo de la Educación Ambiental no formal y, generalmente, han permeado poco los programas escolares regulares, que no van más allá de la puesta en marcha de campañas y actividades eventuales de carácter extraescolar o de apoyo curricular.
En segundo lugar, gran parte del personal que labora en programas de Educación Ambiental, sobre todo aquellos de corte extraescolar y curricular, carece de formación pedagógica.
La calidad de la educación en general, y las posibilidades de contribuir a la formación de valores y habilidades prácticas para prevenir y resolver problemas ambientales en particular, no pasa necesariamente por la adquisición de equipos sofisticados. Estamos convencidos de que éstos pueden ser útiles sólo en la medida en que se encuentren insertos dentro de un proceso que estimule a la reflexión crítica, el ascenso de compromisos, la creatividad y la acción consistente y responsable. La problemática ambiental de la región consiste en un alto grado de
contaminación de los ríos, inadecuado manejo de los residuos sólidos, indiscriminada caza furtiva de especies endémicas, alto índice de deforestación, contaminación del aire quema de basura a cielo abierto, manejo irresponsable de desechos industriales, perdida de especies nativas, explotación y uso irracional del agua. Ante esta problemática el Centro de Educación Ambiental “Julio Bustillo Cacho” formula y propone herramientas teórico-practicas que apoyen los procesos escolarizados de niños y niñas de prescolar y nivel básico, mediante una educación no formal, impartidas en el Taller de Cultura Ambiental.
 

 

 

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